Facultativos del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Infanta Leonor han logrado adaptar máscaras de buceo como solución alternativa de equipo de protección individual (EPI) para el personal sanitario en la atención a pacientes afectados por el COVID-19.
La iniciativa requiere del diseño de unas piezas impresas en 3D que funcionan como adaptadores a las máscaras de buceo y se conectan a los filtros de alta eficiencia de los que disponemos en los hospitales consiguiendo así un nivel de bioseguridad muy alto, pues el aire inspirado/espirado está filtrado y además proviene de la espalda del sanitario.
Aprobada por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y el Servicio de Medicina Preventiva, su principal ventaja es que es un sistema potencialmente reutilizable, lo que permite reducir el consumo de material desechable muy valioso que puede escasear.
Ya se ha probado con éxito y la acogida entre el personal ha sido positiva, si bien la sensación generalizada es que resulta algo agobiante y dificulta la comunicación con otras personas. En este apartado, la limitación inicial para comunicarse se ha solventado adaptando unos micrófonos en su interior que han sido financiados con aportaciones voluntarias de empleados de Auditoria Interna del Banco Santander.
Solicitada homologación a AEMPS tras probarse en pacientes
Este trabajo experimental, promovido inicialmente por el Dr. Manuel Pérez-España, adjunto del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, también se ha probado, con el asesoramiento y aval del Servicio de Neumología, para su aplicación en pacientes con COVID-19 que presenten insuficiencia respiratoria grave como alternativa de ventilación no invasiva cuando no hay material homologado disponible ni acceso a intubación orotraqueal. En este caso, se ha obtenido autorización del Comité Ético, por sus beneficios clínicos, y se ha solicitado su homologación a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
El sistema se ha probado en planta y urgencias, siempre con autorización de los pacientes, con resultados favorables. Permite mantener los alveolos pulmonares abiertos, con lo que el esfuerzo que el paciente tiene que hacer para conseguir movilizar el aire es menor. Los pacientes que lo han experimentado han tolerado la máscara con comodidad y, lo que es más importante, vieron mejorada su función respiratoria.
En resumen, es un dispositivo que permite al enfermo ganar tiempo en esta lucha contrarreloj contra el coronavirus.
Una gran ventaja de estos sistemas propuestos de máscara de buceo frente al uso de dispositivos de alto flujo con PEEP disponibles en el mercado es que añade un doble sellado alrededor de la boca/nariz del paciente, disminuyendo así en su totalidad la posibilidad de contagio al personal sanitario y otros enfermos, y permite hacer en condiciones de máxima seguridad terapias nebulizadas o inhaladas.
Red colaborativa con empresas y voluntarios
La adaptación de las máscaras de buceo en pacientes se empezó a utilizar inicialmente en Italia, lo que ha servido de guía al trabajo experimental que se está desarrollando tanto en distintos hospitales españoles. Para la adaptación de las máscaras en el Hospital Universitario Infanta Leonor se ha establecido una red colaborativa: la marca deportiva Decathlon ha donado las máscaras y material solicitado en el proceso de desarrollo, que se suman a 400 unidades Cressi donadas por el Club Rotary de Madrid.
Todos ellos, junto a facultativos de distintas especialidades médicas y de urgencias del Hospital Universitario Infanta Leonor, han trabajado en tiempo récord para hacer realidad un adaptador a la máscara de buceo que ya es de dominio libre y pueden fabricar y emplear en otros centros, siguiendo unas especificaciones establecidas de calidad.
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